Los príncipes británicos William y Harry visitaron Graceland, la casa del rey Elvis Presley, y el sábado acudieron a la boda de un amigo en Tennessee.
Ante la presencia de ambos príncipes, decenas de admiradores, paparazzi y periodistas aguardaron durante horas afuera del Club de Polo y Caza de Memphis para tener la ocasión de ver a ambos miembros de la realeza británica.
Sin embargo, lo más que vieron fue policías y varios vehículos deportivos de color negro que ingresaban en el lugar.
Para Danny Harp, de 15 años, fue suficiente. “Solo estar cerca de un futuro rey fue un sueño hecho realidad”, dijo.
Harp viajó en automóvil con su madre y un amigo 322 kilómetros (200 millas) desde Nashville. Los tres esperaron cinco horas para ver a los príncipes. Harp llevaba una pequeña bandera inglesa y revistas con la princesa Diana y la boda real.
“Pensé que prefería estar ahí y no ver nada, que quedarme en la casa y sentir que me había perdido algo”, comentó.
Solo pudo ver a la novia, Lizzy Wilson, que iba en un Cadillac de color turquesa de 1950. Wilson es nieta del fundador de Holiday Inn, Kemmons Wilson. La joven se casó con Guy Pelly, el propietario de un club nocturno londinense.
Denise Horton Glidewell, una ayudante que trabajaba en el evento, dijo que todo fue bien. Ha trabajado en eventos con el expresidente George Bush y el vicepresidente Dick Cheney, pero esta fue la primera vez que estuvo con la realeza.
“Es emocionante. Es un gran evento para Memphis”, agregó. “Hemos conocido a la familia Wilson desde hace muchos años y este ha sido un fabuloso evento. Me alegra que todo haya ido bien”, destacó.
Los príncipes realizaron el viernes una visita privada a Graceland, la casa de Elvis.
También fueron vistos el jueves en la noche en el restaurante Rendezvous de Charles Vergo, en el centro de la ciudad, informaron los medios.