A pesar de las connotaciones negativas, el egoismo no es otra cosa que una respuesta instintiva de supervivencia. En términos simples, debes aprendes a tratarte como un ser valioso que se de prioridad para que los demás demás hagan lo mismo contigo. Por eso, haz a un lado los prejuicios y prepárate para escuchar tu ego siguiento estos tips:
Analiza lo que realmente deseas. ¿Qué es lo que en verdad quiero? ¿Qué me gusta?, ¿qué me sienta bien?, ¿qué es lo que necesito? Estas son las preguntas básicas que debes hacerte para recordar que tú eres la persona más importante en tu vida.
Trátate como te gusta que te traten. No eres ni la primera ni la última que se maltrate verbalmente cuando considera que falla en algo. Pero si te dices con frecuencia que no eres lo suficiente buena o que no puedes con algo, tienes muchas posibilidades que eso se cumpla. La ventaja es que a la inversa también funciona. Así que llénate de piropos y tente paciencia.
Revive a tu niña interior. Vive el presente y disfruta de cada momento; muévete por emociones y exprésalas, di lo que piensas sin mostrarte grosera, pide y pide hasta conseguir lo que quieras, aparta la vergüenza, sé curiosa, ilusiónate con todo y, lo más importante: haz que las cosas ocurran.
Se siempre tu mejor versión. No se vale escudarse en el ‘yo soy así’ para defender esas actitudes que dañan a los demás. Las peleas eternas con tus seres cercanos pueden convertirte en una persona tóxica para los demás… ¡y para ti misma! A veces no modificamos una conducta para no satisfacer a los demás, y no nos damos cuenta que nos dañamos más a nosotras mismas.
Suelta todo aquello que te perjudique. El empleo en el que te sientes estancada, la relación que no va a ningún lado, esa amistad que no te aporta nada. Piensa en qué le aconsejarías a alguien en tu situación y apégate a ello. Una vez tomada la decisión, aleja de tu vida todo lo que tenga que ver con eso a lo que estabas enganchada. El alejamiento físico te traerá la distancia mental y lograrás sentirte plena.
Repitete a ti misma que sí puedes. La autodisciplina tiene más peso que el cociente intelectual a la hora de triunfar en la vida, pues ese compromiso contigo misma es el eje para poner en marcha tu fuerza de voluntad. Así que deja de ponerte límites que te alejan del éxito.