La pintura doméstica es una de las tareas más habituales dentro del mundo del bricolaje, no sólo porque el estado y aspecto de las superficies pintadas se va deteriorando inevitablemente con el paso de los años, sino simplemente porque a veces se desea renovar el ambiente de la casa y darle un aire más actual.Independientemente de las herramientas y técnicas para pintar que se utilicen, y de la adecuada preparación de las superficies que se van a pintar y de protección de los muebles y suelos, con respecto de las cuales se puede ser algo tolerante si no son tan perfectos o profesionales como sería deseable, hay un punto con el cual no se puede correr ningún riesgo: la propia pintura.Hay que ir observando el tono de la pintura a medida que van cambiando las condiciones de la iluminación, con luz natural, a lo largo del día, con luz artificial, durante la noche. Las variaciones que se produzcan puede ser o no del agrado de quienes habitan en la casa.Lo más aconsejable para las paredes de la casa es la pintura plástica, que no desprende olor, se seca con rapidez y sus restos pueden eliminarse bien con la ayuda del agua. Se pueden eliminar las rozaduras de este tipo de pinturas, con la ayuda de un trapo humedecido, siempre que sean de buena calidad.