La revolución en las artes también afectó al diseño de muebles y marcó el paso del siglo XIX al XX. Hoy, a pesar de que el tiempo haya hecho de estos muebles objetos de otra centuria, es justo reconocer que fueron concebidos en su momento como útiles de diseño vanguardista, revolucionario y trasgresor. Por ello, a pesar del paso del tiempo, estos sillones, lámparas, mesas y estanterías siguen ocupando el top del diseño.Se trata de piezas originales elaboradas durante el siglo XX por arquitectos, artistas y diseñadores que, varias décadas después, siguen igual de actuales y además se han convertido en objetos de deseo de los más fashion. El objetivo de algunos de estos diseñadores y arquitectos era crear muebles estéticamente agradables para la producción en serie.Son emblemáticos algunos ejemplos, como el sillón burbuja de Eero Arnio construido en 1965 y que pasó a encarnar la esencia de la era pop; la lámpara Arco de los hermanos Castiglioni realizada en 1962 en acero y mármol, uno de los objetos más atrevidos, elegantes y originales de la época; la mesa de café de Isamu Noguchi, de comienzos de los años 30, uno de los diseños originales más copiados del mundo y uno de los mayores éxitos en el diseño industrial de su creador y un largo etcétera en el que cabría incluir la silla Vaivén de Frank Gehry, la lámpara Ph Artichoke de PoulHeningsen, la estantería Bookworm de Ron Arad o la butaca Huevo de Arne Jacobsen.Funcionalidad, elegancia y sencillez, conceptos escultóricos, diseños orgánicos… incorporan nuevos materiales y permiten varias composiciones. Los creadores no siempre buscan formas novedosas e inesperadas, algunos recogen perfiles comunes siempre vistas y los trabajan hasta conseguir destacar en ellos aspectos que antes no se percibían.