Muchas casas antiguas cuentan con patios abiertos al exterior que suelen quedar desaprovechados. Con buen gusto y algunos elementos decorativos puede convertirse en un espacio para el descanso, la conversación y el reposo de la familia.Generalmente a estos patios llega la luz de manera indirecta, ya que los muros que los resguardan son altos y cercan la vivienda. Por ello, los tonos claros, blancos, contribuirán de manera notable a que gane iluminación. Los suelos de cerámica o de pizarra ayudarán a que sea un lugar fresquito en el que pasar las tardes calurosas del verano.En cuanto al mobiliario, es importante contar con sillones confortables y alguna mesita auxiliar para tomar cafés o refrescos. En cuanto al estilo, combinar elementos rústicos con otros más modernos puede ser una buena solución.La decoración puede completarse con alguna planta de interior, tales como las enredaderas. Aportarán colorido al espacio y harán que sea menos caluros.