Un estilo atemporal en tu salón

Las modas y los gustos de las personas varían con el tiempo. Lo que ayer te encantaba hoy te resulta incómodo, aunque siempre hay pautas y estilos que son más duraderos y envejecen mejor. El estilo clásico es una apuesta segura en este sentido. Te proponemos crear un interiorismo atemporal a partir del clasicismo.Los elementos propios del estilo clásico como son los butacones orejeros, las piezas de maderas nobles o las alfombras orientales son una excelente opción para crear ese estilo atemporal. En la actualidad el estilo clásico no está asociado a estancias recargadas, gracias a la combinación de piezas tradicionales con textiles en tejidos y colores livianos. De esta manera restarás suntuosidad al conjunto y, si te procuras telas claras, realzarás la luminosidad, que es ahora pieza clave en el interiorismo.Entre los tejidos los más recomendables para recrear ambientes clásicos son los elegantes y ricos como la chenilla, el jacquard, el terciopelo o la cretona. Si lo que quieres es un tejido estampado, procura que haya una unidad de color en las telas variando sólo el tono. No olvides vestir las ventanas con una doble caída y combinar visillos y estores.En cuanto al mobiliario, elige muebles de maderas nobles como el nogal, el roble o la caoba con patas talladas o torneadas. Los muebles de forja y sobre de cristal también son muy adecuados. Por supuesto, es interesante acudir a tiendas de anticuario o almoneda si el presupuesto lo permite. Una opción más económica es comprar reproducciones de muebles de diferente estilo, ya sea renacentista, neoclásico o rococó.El tapizado de las sillas del comedor o de los sofás debe estar coordinado con las cortinas y alfombras, evitando que haya demasiado contraste entre ellas. Las alfombras juegan un importante papel en este tipo de interiorismo, por lo que conviene elegir una persa, de estilo Aubusson o un diseño petit-point.Si eres amante de la pintura, procura que los cuadros que coloques tengan un marco labrado y con acabados en plata o pan de oro, de igual manera que si pones un espejo.