Muchas veces malinterpretamos las señales que envía nuestro cuerpo para decirnos que le hace falta algo y las usamos para comer algo que no debemos. Por eso, es muy importante saber distinguir entre un antojo y una costumbre. Quizá ese pan que te comes a media mañana con un café, es más costumbre que antojo.
Para que puedas canalizar tus antojos hacia hábitos más saludables, te decimos como identificarlos y sustituirlos por algo más saludable:
Distingue las causas de tu antojo. Muchas veces comemos solo para entretenernos o por aburrimiento, esas papitas que nos comemos a media tarde generalmente son más para matar el tiempo que por hambre. También puede ser utilizado para llenar un vacío emocional, como comer un chocolate cuando estamos tristes.
Calma tus hormonas. Cuando las mujeres experimentan la menstruación, embarazo o menopausia, los niveles fluctuantes de testosterona y estrógeno pueden causar antojos únicos. Entre más balanceada y adecuada sea tu nutrición, cuando estés pasando por alguno de estos periodos tendrás más estabilidad y claro, menos antojos.
Concientiza tus antojos. Anota en un lugar qué se te antoja y cómo te sientes. Por ejemplo, si detectas que siempre te dan antojos antes de dormir, puede ser que solo tengas sueño. Hacer consciente tu antojo te ayudará a sustituirlo por algo más saludable o evitarlo.
Toma agua. La deshidratación puede producir una sensación de hambre ligera que se puede confundir con antojo; así que cuando aparezca, intenta tomar primero un vaso de agua y esperar 15 o 20 minutos a ver cómo te sientes.
Ocupa tu mente. Cuando estamos aburridos nuestra mente tiende a comenzar a pensar en comida. Mantente activa y ocupada para que el ocio no te lleve al antojo por aburrimiento.
Divide y vencerás. Si no puedes resistir un antojo, comer la mitad de la cantidad inicial es un buen comienzo para acabar con él. Si de vez en cuando, cumples tus antojos también te ayudará a no obsesionarte y a hacer más llevadera tu alimentación.
Sustituye. Siempre puedes hacer elecciones saludables e inteligentes. Si tienes un antojo piensa en cuál sería la versión saludable de eso o bien piensa en qué ingrediente saludable puede satisfacer tu antojo sin atacar tu cuerpo o tu peso.