Un plan de alimentación generalizado para tener un pH alcalino involucra muy poca proteína de origen animal, poca fruta, abundantes vegetales verdes y grasas mono y poliinsaturadas. Es importante que sepas que una dieta alcalina no trae una pérdida de peso acelerada pues no busca mejorar el metabolismo.
Al despertar
- Comienza tu día con un vaso de agua tibia con jugo de un limón y una pizca de bicarbonato de sodio.
Desayuno
- 1 huevo revuelto.
- ½ pieza de aguacate.
- 1 taza de té de hierbabuena o menta (hecho con agua alcalina).
Snack de medio día
- Jugo verde o taza de pepinos y zanahorias con limón y sal.
Comida
- Taza de sopa de brócoli (sin lácteos).
- 100 gramos de filete de pescado a la plancha.
- Plato de ensalada de verduras crudas (base de hojas verdes, pimiento amarillo, jitomate, betabel y aguacate) con un poco de semillas de girasol y aderezo de sal de mar y aceite de olivo.
- Agua de limón sin azúcar
Refrigerio de media tarde
- Puño de nueces o almendras.
Cena
- ½ taza de sopa de lentejas.
- ½ pieza de aguacate.
- 1 taza de té de manzanilla hecho con agua alcalina.
Después de haber experimentado los cambios físicos tras un alimentación alcalina durante 3 o 4 semanas, notarás que tu estado anímico se verá beneficiado y te sentirás con más energía.
Antes de comenzar cualquier dieta consulta a tu médico o nutriólogo de confianza.