Olvídate de dietas complicadas y regímenes tediosos. Para adelgazar solo es necesario tener las cosas claras y seguir al pie de la letra unas sencillas reglas. Si las cumples, perderás esos gramos que te sobran en un abrir y cerrar de ojos.
Desayunar lo antes posible
Tras despertar en horas de la mañana, lo ideal es ingerir el desayuno dentro de la primera hora de actividad, ya que el organismo empieza a necesitar fuentes de energías para trabajar en óptimas condiciones.
Desayunar todos los días
Muchos le restan importancia al desayuno porque consideran que no ingerirlo es una forma de ahorrar calorías para reducir medidas.
No obstante, dado que es una fuente de energía y nutrientes esenciales, consumirlo cada mañana es determinante para tener un metabolismo sano y activo.
Incluir fuentes de fibra
El mejor momento para incrementar el consumo de fibra es justo durante la primera comida del día. Este nutriente esencial es clave para prolongar la sensación de saciedad y mejorar los procesos que se encargan de metabolizar y digerir los alimentos.
Su inclusión en la dieta diaria contribuye a mejorar el movimiento intestinal, y estimula la correcta eliminación de los desechos del colon.
También controla los niveles de colesterol y, dado que se digieren a menos velocidad, es una de las mejores fuentes de energía.
Puedes obtener fibra de:
- Cereales integrales
- Frutas y vegetales frescos
- Semillas y frutos secos
- Legumbres
Aumentar el consumo de proteína
Algunas personas creen que las fuentes de proteínas no son muy convenientes para la dieta por su significativo aporte de calorías.
Entre las fuentes principales se destacan:
- Las carnes magras.
- El pescado azul.
- Las legumbres.
- Los frutos secos.
- Las semillas.
- Los lácteos.
- Los huevos.
- La quinoa.