¿Que estamos realmente consumiendo?
Hoy en día en los supermercados encontramos todo tipo de leches: leche entera, baja en grasa, sin lactosa, de almendras, de soya, de coco y más.
¿Pero realmente todas son leche?
La leche proviene de mamíferos y no hay almendras lactantes. Ahora podemos encontrar “leche” de coco, cáñamo, arroz, avellana y avena. No lo son pero el tono blanco nos da la idea de que así sea.
Mientras que las bebidas vegetales han tratado de ampliar la definición de este lácteo la realidad es que únicamente podemos llamar leche aquella que proviene de un animal.
“La leche es la secreción láctea, prácticamente exenta de calostro, obtenida por el ordeño completo de una o más vacas sanas”.
Mientras que los consumidores tienen derecho a elegir productos de imitación, es engañoso e ilegal para los fabricantes de estos productos el hecho de beneficiarse con el puro nombre.
Estos productos deben ser permitidos en el mercado sólo cuando estén etiquetados con precisión. La FDA debe hacer cumplir este asunto al exigir que los productos vegetales adopten un nombre más apropiado que no incluya la palabra “leche”.
Entonces, ¿qué deberían llamar los consumidores a las bebidas vegetales? Jugo de Soya vendría muy bien. La palabra en sí del lácteo funciona en el sentido de que da a la bebida un mayor contexto. Por ejemplo, llamar a una bebida “Leche de coco” indica claramente que sirve como un sustituto de la que conocemos de manera tradicional de los productos lácteos. Desafortunadamente, también sirve para confundir al consumidor en pensar que la bebida es un tipo de lácteo.
Por lo tanto, podemos concluir que no hay tal cosa como carne de soya, y no hay tal cosa como leche de soya.
Hay, sin embargo, un montón de opciones de imitaciones en el mercado.