La maternidad es casi siempre la etapa más bella de toda mujer. Y aunque amemos a nuestro bebé hay veces en que la disposición no basta. ¡Es el caso de dejar el pañal!
El control de esfínteres o aprendizaje de “ir al baño” es el proceso por el cual se enseña a controlar la vejiga y los intestinos.
Alrededor del año de edad, el niño comienza a identificar que lo que siente son ganas de hacer pipí o popó. Lo cierto es que la edad puede variar, no te preocupes.
Lo importante es observar si tu hijo empieza a mostrar ciertas señales de que ya está listo para aprender a ir al baño solito.
También hay que considerar otros aspectos como si en este momento el bebé está pasando por un gran cambio en su vida o su rutina: ir a una nueva guardería, o la llegada de un hermanito. Considera postergar esta práctica hasta que la situación se estabilice.
Ármate de paciencia porque quitar el pañal puede requerir de meses de entrenamiento y reforzamiento diario. No presiones ni permitas que lo presionen para evitar resultados contraproducentes.
Llegó la hora.
Invierte en una buena y llamativa bacinica o en un asiento especial que se acopla al inodoro de tu baño, el aspecto de estos complementos le restarán nervios al niño y lo puede ver como una forma divertida acortando el tiempo de entrenamiento.
Elíjanlo juntos, escribe en él su nombre y permite que lo decore con sus personajes favoritos y juegue con él.
Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el inodoro es viéndote hacerlo.
Diviértanse, cuéntale cuentos, ¡y disfruta el momento con esa pequeña personita que está iniciando su independencia!