El desarrollo integral de un niño implica que sus padres atiendan sus necesidades materiales y afectivas: proporcionar amor, cariño, compresión y afecto. La demanda de tiempo en el trabajo de los padres muchas veces afecta la calidad de tiempo que pasa con la familia y la autoestima de los hijos puede resentirse.
La autoestima es necesaria para cualquier ser humano, en la infancia determina su comportamiento con el exterior y consigo mismo. Los niños viven dentro de un constante crecimiento y de formación de su personalidad, su bienestar depende no sólo de sí mismo, sino también del entorno familiar y académico. Cambia hábitos para ayudar a tus hijos a fortalecer su autoestima:
Evita las comparaciones.
Cada niño es único, vive procesos diferentes de madurez. Destaca sus logros y no lo compares con sus hermanos o conocidos
Apapacho time.
Las caricias proporcionan afecto y pueden ser físicas o emocionales: un abrazo, un beso o un “Te quiero mucho”. Reiterarles nuestro afecto nos acercará más.
Jugar.
Todos los niños se alegran cuando sus padres juegan con ellos. Tú también te divertirás
Los abuelos.
Constituyen un soporte emocional firme en tiempos de crisis, ya que cuidan de los peques durante muchas horas a la semana.
Fomentar la convivencia.
Comer juntos y platicar sobre sus actividades mostrará los hijos que nos interesamos por ellos.
La lectura.
Cuando adultos, los cuentos son los recuerdos más bellos de la infancia. Nos conecta con nuestros padres y relajan el ambienta para favorecer el sueño.
Cambia el chip.
Deja de reiterar si hizo algo mal, explícale como debe hacerlo la próxima vez y pasa de las críticas al elogio. Los padres solemos discutir con los niños cuando no obedecen, pero no acostumbramos a celebrar cuando se comportan del modo correcto.