Un temor muy común presente en los niños, y algunos adultos, es el de las agujas, por lo que las inyecciones y análisis se convierten en una gran tortura.
Si este es el caso de tu pequeño, y ha llegado el momento de su primer muestra de sangre, para que esto no se convierta en un trauma o una tragedia, aquí algunas recomendaciones.
Muchos padres recurren a incluir las inyecciones como amenaza, cuando no quieren comer o tomarse sus medicinas; esto definitivamente, si desde antes de enfrentarse a ellas ya las relaciona con algo negativo, no ayudará cuando se necesiten.
Puedes recurrir a algún cuento o sus personajes favoritos para explicarle por que necesita pasar por esto y describirle lo que sentirá, evitando incluir experiencias negativas tuyas; pero tampoco le digas que no dolerá nada, porque si así ocurre, dirá que le mentiste.
Debes recalcarle que esto es para bien, y que la molestia pasará rápidamente.
Entrar con tu hijo a los análisis de sangre es una gran ventaja, pues le podrás brindar seguridad y confianza; esto claro, si no eres de las personas que también entran en pánico ante las agujas. Si este es tu caso deberás controlarte o pedir al padre, o alguna otra persona cercana, que lo acompañe.
Si tu pequeño llora está bien que exprese sus sentimientos, pero insístele en el beneficio del exámenes. Evita regañarlo o forzarlo, trata de distraerlo al momento de que saquen la aguja y de la extracción para evitar que genere más estrés.
SI esto fue en ayunas invítalo a desayunar o prepárale algo que le guste; no lo plantees como una recompensa, simplemente apapáchalo.
Sabemos que las agujas y otros elementos médicos no son parte del concepto de diversión, pero son importantes para mantener nuestra saludy tus hijos deben saberlo.