Podemos aprender o modificar los comportamientos si encontramos las señales a tiempo
No es para alarmar o condenar ser consideradas mamás narcisistas o mamás tóxicas, o el detectar que tenemos a una mamá así, pero sí podemos detectar, aprender y modificar.
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Lo malo del narcisismo es que no permite equilibrio alguno, la imagen que tiene un hijo de su madre se puede distorsionar creando inseguridad. El narcisismo es un trastorno de la personalidad, por lo tanto es tratable en psicoterapia.
Quien es narcisista es muy prepotente, monopoliza las conversaciones, se siente superior a todo el mundo y tiene cero empatía. Parece una persona encantadora, segura y fuerte, pero en realidad su autoestima está por los suelos y es sensible a la crítica más liviana. No es nada más resultado de su entorno vivido, también está en la genética y la neurología, es decir, su manera de conectar cerebro, conducta y pensamiento.
Una de las características de la mamá narcisista muy tóxica está en ser cruel, pero decirlo amorosamente. Su crítica y su calumnia es disfrazada como precaución porque desea lo mejor para ti, dice que quiere ayudarte y nada más.
Viola tus límites, habla por ti, decide cuando vas al baño y qué comes, esculca tus cosas y, si le dices lo que deseas repentinamente, hace todo lo posible en contra para que no lo logres. Cualquier intento tuyo de autonomía es frenado a más no poder.
Una madre narcisista favorece a un hijo para explotar al otro y así obtener siempre lo que ella necesita.
También se cuelga del éxito del hijo, disminuyendo o anulando su éxito. Cuando el hijo tiene éxito, lo desanima inmediatamente.
Una mamá así podría hacer lucir “loco” a su hijo. Si tu hijo se queja del abuso que ejercer sobre él o ella, inmediatamente le dirás que tiene problemas mentales, que su imaginación no tiene límites, que está exagerando y, buscaras calmarlo. Dirás que quieres ayudarle y que solo deseas su felicidad pero no sabes cómo, entonces comienza la difamación.
La verdad es que una mamá narcisista te tiene envidia y son muy mentirosas, aunque son tan absurdas que rara vez se les nota.
Estas mamás tóxicas siempre querrán ser el centro de todo, querrán atención completa y de primera. Las que son muy mayores, podrán dejarse caer para manipular y chantajear usando el drama. Pueden llegar a ser “vampiros de tus emociones“, te molesta y se siente fascinada porque te molestó. De aquí saber que también las mamás narcisistas son egoístas y tercas. Cuando sienten cerca la soledad, empiezan a aterrorizar e infundir miedo para que te paralices.
Si te quieres rebelar y dejarla, se volverá muy infantil y hará un berrinche, llorará, exigirá. Acuérdate que ella explota, culpa y se siente perfecta porque jamás se equivoca.
Es importante que si detectas este tipo de comportamientos en tus padres o en ti misma, debes acudir a un buen acompañamiento psicoterapéutico, esto te servirá para no repetir los mismos patrones con tu pareja, familia, jefes, etc.
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Autor: I.S. con información de Revista Mujer Actual