Regularmente los bebés recién nacidos tienen los ojos claros, pero con el paso de los días este tono va cambiando y se vuelven más oscuros.
Un estudio publicado por Byers Eye Institute, Stanford University School of Medicine, indica que esto se debe a la baja concentración de melanina en el iris, la parte de color del ojo.
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Esta sustancia es la encargada de generar el color al cuerpo en general, misma que va aumentando su concentración conforme pasan los días; la exposición al sol aumenta la cantidad de melanina, lo que también afecta al color de los ojos de los recién nacidos.
Será hasta los tres años de tu hijo cuando el color de sus ojos continúe cambiando; a esta edad el niño alcanzará al menor 50% de su tonalidad real.
Lo mismo ocurre con el tono de la piel y el cabello; muchas veces incluso los padres deciden rapar al bebé para que su cabello crezca parejo y del mismo color, pero de igual forma, su tono real se reflejará a los tres años.
Es necesario que los bebés reciban la luz del sol para regular la producción de melanina, producir vitamina D, fijar el calcio en los huesosy mejorar hábitos de sueño.
Eso si, con mucho cuidado, sin exponerlos más de 10 minutos al sol directo ni en horas de alta radiación, entre las 12:00 y 15:00 horas. Lo más recomendable es que sea por la mañana, entre 7:00 y 8:00, cuando salen los primeros rayos de sol y son muy sutiles.