En el caso de las pieles mixtas, las diferencias en la distribución de las zonas secas o grasas, suele ser muy grande. De forma que, mientras que el mentón y la nariz pueden tener bastante grasa, los pómulos, contorno de ojos y los labios pueden estar extremadamente secos. Por todo ello, es el tipo de piel más difícil de tratar, ya que requiere más cuidados específicos que los otros dos tipos.
Lavar e hidratar Para estas pieles, es realmente importante lavar bien la cara, ya que tiene puntos negros y espinillas en la zona T, y acto seguido, hidratarla para no dañar las partes más resecas. Crema y loción Hazte a la idea de que tienes dos tipos de piel en uno, y que debes prestar atención y cuidar cada uno de ellos por separado. Procura humectar en profundidad y con delicadeza (con cremas hidratantes y lociones específicas) la parte seca y aplicar tratamientos secantes la parte grasa, la denominada ?€œZona T?€. Activa la circulación No sólo es necesario diferenciar las cremas, sino que además, éstas deben aplicarse con un suave masaje para activar la circulación de la sangre. Si eres de las que no tienen mucho tiempo para el cuidado de tu rostro, utiliza productos específicos para pieles normales, que ni engrasen ni resequen, pero nunca prescindas del masaje para la circulación. Ojo con la alimentación Quizá lo de que el chocolate provoca acné sea un mito, pero aún así y por si acaso, trata de comer lo mejor posible y mucha cantidad de verduras, frutas y vitamina A y E. Seguro que así logras mejorar tu piel en pocos meses. Evita las grasas y la comida basura ya que provocan las odiadas espinillas. Peeling una vez por semana Son necesarios para purificar la piel, pero tampoco se puede abusar de ellos. Empezaremos por realizar una exfoliación cada semana, mejor si se realiza por la noche, pues el rostro puede quedar algo enrojecido. ¡Y no te olvides de hidratar después! No olvides las mascarillas Aunque creas que por tu tipo de piel no las necesitas, te equivocas. Hoy en día hay muchas variantes y tienes que procurar realizarte una o dos por semana, y siempre después de la exfoliación. Usa una que sirva para relajar la piel tras la agresión de exfoliarla. ¿Te maquillas? Tranquila, que puedes hacerlo tranquilamente pero no sin aplicarte un gel antibrillos para la zona T. Este tipo de geles no contienen nada de grasa y no obstruyen los poros. Además, sus efectos purificantes y astringentes proporcionarán a la piel un aspecto mate.