Lo único constante es el cambio. Cambiar de trabajo puede traer mejoras a nivel personal y laboral . El portal de empleo Bumeran sugiere que antes de tomar esta decisión se pongan en una balanza los beneficios y las desventajas. Es importante considerar las alternativas de desarrollo, la estabilidad y la empresa por la que se optará.
Si estás indecisa, quizá podamos echarte una mano, estas son 7 señales inequívocas de que debes cambiar de trabajo:
- No te apasiona lo que haces. No te sientes inspirada, no aportas, sencillamente estás aburrida. Cambia, busca lo que verdaderamente te inspire.
- Chisme aquí y chisme allá. Estás en un ambiente hostil. Puedes tener el mejor puesto del mundo, pero si no te llevas bien con tus colegas, estás perdida.
- Estás estancada. Todos tenemos la necesidad de aprender cosas nuevas y de seguir avanzando en todos los aspectos de la vida. No hay crecimiento profesional, no tienes oportunidad de ascender en el organigrama de tu empresa, de responsabilizarte de más proyectos, muévete.
- El estrés, tu peor enemigo. La sola idea de ir a trabajar te enferma, te genera ansiedad y molestias físicas. Cuando el río suena es porque agua lleva. El estrés es cosa seria y puede llegar a afectar a tu familia y amigos, ni hablar de tu salud mental y física.
- Dar sin recibir. Si tus opiniones o ideas no son valoradas, vete. Esta situación no te permite sentirte integrada en el equipo humano de tu empresa y no tener ni oportunidad ni deseos de aprender.
- Cómo han pasado los años. Ya eres parte del activo fijo de la empresa. No puedes concentrarte y cumplir con tus objetivos. La costumbre afecta tu productividad.
- Negatividad. Sé franca, tu actitud no es la mejor. Estás continuamente amargado, antipático y enfadado. Más claro ni el agua.
“Si no te gusta donde estás ¡muévete! No eres un árbol”
-Jim Rohn