Vuelve con fuerza el llamado efecto X de los 50, esto es, una tendencia que consagró en lo más alto a Christian Dior en 1947 con vestidos ultrafemeninos de cintura marcada que contrastaban con el rigor de la moda durante la Segunda Guerra Mundial.Si bien Dior utilizó para ello tejidos en satén duchess, los diseñadores actuales apuestan por vestidos mucho más cortos que tienen como objetivo aparcar los holgados y vaporosos diseños de anteriores temporadas en favor de formas lady like.En este sentido, Giambattista Valli propone increíbles vestidos en X de color mostaza formados a base de sutiles plisados y cinturones fajín. Fendi se suma a esta tendencia reinterpretando la silueta Bar e incorporando elementos de la técnica del origami. Por otra parte, Marc by Marc Jacobs utiliza ruffles y microflorales en un claro guiño a la campiña inglesa.