El concepto fast fashion o moda rápida es un fenómeno que está detrás del éxito de empresas como Zara, H&M y Oysho, se refiere a un modelo de negocio de producción masiva que incrementa a gran velocidad y que se genera en base a la tendencia y a sus modificaciones instantáneas.
El concepto engloba la aceleración del diseño, producción en serie y el bajo costo de las prendas que cambian en un par de semanas en la tienda y que hacen de la moda un concepto desechable o como algunos prefieren, pasajeros, accesible y que solo dura una temporada y que después ya no tiene más cabida en lo guardarropas.
Esta moda fue creada como una alternativa de llevar ropa de tendencia pero de bajo costo, es por eso que las marcas de este tipo de ropa también se llaman low-cost, porque en un principio comenzaron así.
Cuando una firma de gran prestigio lanzaba una línea de ropa, las tiendas low-cost no tardaban nada en replicarla y venderla accesiblemente. Sin embargo, esto cambió y ahora son también estas empresas de ropa quienes crean tendencias.
Los dos monstruos de esta fiebre son Zara y H&M y ahora son quienes buscan a influencers o a celebrities quienes ponen y marcan la diferencia en esta industria.
Los desventajas de este fenómeno es que ahora la moda ya no dura más de tres meses, la moda va tan rápido que es necesario desecharla, esto no contribuye al medio ambiente porque aunque usen prendas biodegradables la reutilización es muy costosa, además el consumismo se acelera a niveles impresionantes. Este modelo de negocio no solo afecta la economía de nuestros bolsillo y el planeta tierra sino que a firmas lujosas las ha obligado a que vayan más rápido en tendencia y a quitarles muchos compradores.
Pero no todo es malo. Una de sus ventajas más grandes es que podemos encontrar prendas con diseños de alta costura a un precio muy asequible y los puntos de venta también.
Estas son algunas marcas que pertenecen a este fenómeno.