Los criminales continúan implementando más formas para lograr sus cometidos de forma que tengan menos posibilidades de que los descubran. El lado bueno de que se hagan virales estos casos es que conozcamos y permanezcamos alertas.
Lamentablemente las mujeres solemos ser el blanco más frecuente de muchos ataques y recientemente se han hecho virales dos casos muy similares de intento de secuestro en la Ciudad de México. Uno le ocurrió a una joven dentro del Metro y a otra dentro del Centro Comercial Santa Fe.
Así operan ahora los secuestradores
En ambas escenas las dos mujeres estaban solas caminando por estos lugares públicos, cuando un hombre se les acercó y las tomó por el brazo, cuando ellas quisieron soltarse y alejarse, el sujeto las agarró mas fuerte y empezó a actuar como si fueran pareja y solo estuvieran peleando, utilizaron frases como:
“Vamos afuera, estás haciendo todo un drama. Todos nos ven, qué vergüenza”
“No te enojes, mi amor, deja de hacer berrinches”.
La gente los miraba, pero nadie hacía nada por ayudar. En el centro comercial incluso un policía se les acercó a preguntar que ocurría y el hombre respondió:
“Lo siento mucho, es mi pareja, está molesta y ya saben cómo son; es asunto de dos”
El policía no hizo más y se fue como si nada. Ahí afortunadamente un grupo de jóvenes si se acercó y trató de ayudar, el atacante se fue diciendo:
“Está bien, si eso es lo que deseas vete, mañana se te pasará el coraje y platicamos. Cuídate”.
Au así siguió rondando la plaza cerca de la mujer, sin embargo, las personas que la auxiliaron la acompañaron un rato hasta asegurarse de que podría irse sin correr peligro.
A la joven interceptada en el metro fue una señora la que se percató de que algo no estaba bien, se le acercó y fue ella quien la tomó y la acercó a ella, entonces el hombre desapareció un par de estaciones después.
Casos así son doblemente alarmantes por la indiferencia con que la gente es testigo de estas escenas, lo normal que les parece que dos personas forcejeen frente a todos y que no desperté ni su curiosidad el hecho de que alguno de los dos involucrados grite que no conoce al otro.