La vida de Charity Lee quedó marcada cuando, a sus seis años, su madre disparó repetidas veces a su padre en la espalda, quien fue procesada y absuelta por el crimen.
Durante su adolescencia fue buena estudiante y deportista, sin embargo, también se enfrentó con problemas mentales y de adicción. A los 18 años trató de dejar las drogas y entró a la universidad a estudiar Ecología Humana.
“Pero me sentía miserable. La gente te dice que si dejas las drogas te vas a sentir bien. Sin embargo, todo ese dolor que estaba sufrimiento con estupefacientes salió a flote”, contó en una entrevista a la BBC.
En medio de su depresión, Charity quedó embarazada, lo que le dio esperanza y cambió su vida.
“Yo no creo que haya amado como amé a ese ser que estaba creciendo dentro de mi”.
Decidió llamar a su primer hijo Paris.
“Paris fue el príncipe que se enamoró de Elenea de Troya y la raptó. No le fue muy bien, pero yo estaba enfocada en la parte del amor”.
Nueve años más tarde, dio a luz a una niña, a quien llamó Ella, de quien contó que era más extrovertida que Paris, cuya personalidad siempre fue más tímida.
“Era un niño muy bueno y calmado, tenía sus momentos, como cualquier chico, pero nada que me inquietara”.
Dice que ahora, cuando recuerda el pasado con su hijo, se da cuenta de cosas que pudo haber tomado como señales de que algo extraño pasaba con él, peor en ese momento le parecieron situaciones inofensivas.
Logró mantenerse lejos de las drogas por muchos años, sin embargo, cuando sus hijos tenían 12 y 2 años, tuvo una recaída. Las ocasiones en que no estaba dispuesta para cuidarlos, Paris se hacía cargo de su hermana pequeña.
“Creo que para Paris fue devastador darse cuenta de que su madre era falible como cualquier ser humano y estaba enojado. Para Ella era distinto, sabía que había días en los que mami no se sentía bien y me abrazaba”.
A ese enojo fue a lo que adjudicó la reacción de su hijo en una ocasión en que, después de que él estaba jugando con su hermana y su tía, tan solo 3 años mayor que él, los tres se pelearon, y cuando Charity llegó para saber que había pasado, su hijo tenía un cuchillo en la mano con el que la amenazó para que no se acercara.
Lo llevó al hospital, pero los médicos no encontraron ningún indicio de tendencias homicidas. Al poco tiempo dejó las drogas.
La tragedia volvió a la vida de Charity casi dos años después, cuando se despidió de sus hijos para ir a trabajar. Recuerda que su hija le pidió más abrazos y besos de despedida, cosa que nunca hacía, mientras que Paris estaba enojado con ella.
“Recuerdo muy bien que me le acerqué y le dije: Tu sabes que yo te quiero. Hemos pasado por coas peores y esta también la vamos a superar”.
Pasada la media noche, cuando estaba por cerrar el restaurante donde laboraba, dos detectives fueron a buscarla para darle la noticia de que su hija estaba muerta.
“Ese fue el final de la vida que yo conocía”.
Los niños tenían una niñera, sin embargo, esa noche Paris la convenció de que se fuera antes de que su madre regresara; después entró a la habitación de su hermana de 4 años, la agredió sexualmente, a golpeó, la estranguló y la apuñaló 17 veces.
Llamó a emergencias, pero antes, llamó a un amigo con quien charló por un rato. Por teléfono le dieron instrucciones para que le diera primeros auxilios mientras llegaba la ayuda, les dijo que lo estaba haciendo, la evidencia mostró que no.
De haber sido mayor de edad, Paris habría enfrentado la pena de muerte, en cambio, fue sentenciado a 40 años de cárcel, su madre sigue visitándolo y hablando con él por teléfono, incluso aunque sabe que no cambiará y que su intención principal siempre fue dañar a Charity.