Tres pequeñas esperaban con ansias tener una familia esperando que su vida mejorara, sin embargo, lo que ocurrió cuando fueron adoptadas fue todo lo contrario.
Las acogió una familia de Komsomolsk del Amur, en la provincia rusa de Jabárovsk, y su tortura duró cinco años, hasta que una de las hijastras denunció los abusos que sufrían por parte de su padre adoptivo.
Los investigadores informaron que el sujeto, de 38 años de edad, abusó sexualmente de sus hijastras durante esos años, en más de 700 ocasiones.
No se sospechaba que algo así fuera a ocurrir, pues la familia gozaba de una buena reputación, por ello el gobierno les otorgó en adopción a las menores, además de que recibieron una buena cantidad de dinero.
La pareja tenía tres hijos legítimos y ocho adoptados; un fiscal reveló que los menores tenían miedo de denunciar los hechos porque perderían de nuevo a su familia.
La madrastra declaró que no sabía de los abusos cometidos y fue quien denunció los hechos cuando una de las niñas se le contó. A su vez, el padrastro admitió su responsabilidad pero se negó a testificar.
El hombre recibió una condena de 22 años y seis meses en prisión y se le prohibió participar en cualquier actividad relacionada con la crianza de los niños durante 20 años.