Hay muchas emociones, las familias se reúnen, y todos deben cumplir con un horario muy apretado, las bodas, a veces, se salen de control. Así que desde ahora mantén estos puntos en mente, lo que no debes hacer si te invitan a una boda.
- No abuses del tiempo. La novia cuenta contigo. Si ayudas o asistes, apégate al tiempo para que la novia solo tenga que preocuparse por su horario.
- No uses atuendos blancos. No importa si es el que mejor se te ve, es una ofensa para la novia y, a menos que ella haya pedido que todos vayan de ese color, no se debe usar nunca.
- No saques tu discurso de la manga. Un discurso de cinco minutos es largo. Da tres ideas generales. No divagues. Prepáralo.
- Cualquier cosa muy ajustada, corta y atrevida. Puedes elegir alguna de las tres: corto (pero que no se te vea todo), ajustado (pero que no parezca que te cortaron el aire) y atrevida (pero no vulgar).
- No dejes mala propina. Debes darle propina a los meseros y al bartender aunque sea barra libre porque te preparan tu bebida de inmediato.
- Jeans. No te atrevas a usarlos ¡ni de broma! No importa lo cómoda que te sientas con ellos.
- No te emborraches. Hazte un favor, además, básicamente no seas una molestia para los novios.
- Código de vestimenta. Si no lo entiendes a la perfección, pregunta. Algunos creen, por ejemplo, que formal significa exclusivamente vestido largo y esmoquin, pero en realidad depende del lugar en el que sea la boda y si es de día o de noche.
- No te quejes de la comida. La regla de oro es, pregúntate a ti mismo si esto molestará a los novios. Si la respuesta es sí, no deberías hacerlo.
- No te robes los centros de mesa. Algunas veces los floreros son rentados. No les preguntes a los novios, pero puedes preguntarle a un mesero o a un planeador de boda.