Para muchas novias es difícil seguir una dieta estricta, pero con ayuda de estos trucos simples podrás perder esos kilitos de más justo a tiempo para la boda.
- De preferencia, acude con un médico especialista. Los organismos son diferentes; lo que es bueno para algunas, no necesariamente lo es para otras.
- Dieta no es sinónimo de hambre. Se trata de regular, de acuerdo a lo que nuestro cuerpo necesita, la cantidad y tipo de alimentos.
- Mídete con el azúcar. Lo que puedes hacer es evitar lo más que puedas las cosas con mucha azúcar, por ejemplo los chocolates. También es momento de abandonar los dulces, galletas, pastelitos (y cupcakes) y todo lo que contenga azúcar añadida.
- Calidad, no cantidad. Abusar de las papitas, quesadillas o tamales está lejos del placer.
- No confundas ansiedad con hambre. Muchas veces comemos por estrés, para premiarnos, por aburrimiento o costumbre y no porque nuestro cuerpo verdaderamente lo necesite.
- Evita los cocteles (por lo menos tres semanas antes de la boda). Recuerda que el consumo en exceso no sólo es malo para la salud, sino que te hará ver seca y sin vida.
- Cuidado con las calorías vacías. Hay productos que aportan un alto contenido calórico y poco o ningún valor nutricional, evítalos.
- Haz un plan A, y B… y C. Tómate cinco minutos todas las mañanas para planear tus comidas. Si lo estás haciendo con los platillos de tu boda, ¿por qué no con tu desayuno?
- La fuerza de voluntad también se ejercita. Antes que los brazos, las piernas o los glúteos, hay que trabajar y fortalecer este músculo. Todo sea por la boda (y por ti).
- Rodéate de gente que te apoye. Haz a tu bff tu mejor aliada, ella te alejará de los pecaminosos cupcakes. Convive con personas que en un momento difícil te apoyen para continuar con tu plan y no que quieran que desistas.