La mejor manera de agradecer a tus invitados que te acompañen en tu gran día es un lindo discurso. Y aunque normalmente es el novio o el padre del novio, quien se hace cargo de la lectura del discurso de boda, no hay una regla fija, así que también puede ser la novia o algún amigo quien lo lea.
Primero, una estructura sencilla, 4 pasos, ¡no hay falla!:
- La presentación. Muchas veces la persona que se encarga de dar el discurso olvida lo importante que es presentarse y, mientras da su discurso, solo consigue que la gente empiece a hacer averiguaciones sobre quién será y no atiendan realmente a lo que está contando. Pasa la voz si es que delegarás esta responsabilidad.
- Recordar es volver a vivir. Si tienes alguna anécdota entrañable o divertida, este es el momento de contarla, pero ¡ojo! elige bien la historia, no queremos avergonzarlo/a delante de toda su familia y amigos.
- La pareja ideal. Es tiempo de hablar de los novios, habla sobre su historia de amor, todos enternecerán.
- Cierre con broche de oro. Utiliza la cita de un libro, el extracto de alguna canción. Y ¡qué vivan los novios! El brindis es primordial.
Si tú o tu prometido se encargarán de este importante discurso, toma en cuento los siguientes detalles:
- No improvises. Los nervios podrían atacarte a no ser que estés acostumbrada a hablar en público y seas muy creativa. Prepara un discurso sencillo, corto y directo.
- Agradece. Lo más importante es que todos estarán ahí en nombre del amor, por ti y por tu prometido.
- Es la cereza del pastel. Hazlo durante el postre o el café. No interrumpas a tus invitados en pleno plano fuerte.
- No abuses. El discurso debería durar entre 3 y 5 minutos. Sabemos que tienes mucho que decir pero ve por lo general, los detalles podrás contarlos después.
- La práctica hace a la maestra. Léelo en casa en voz alta. Quita y agrega aquello que resulte más importante. Siéntete cómoda, es tu momento de brillar y gritar tu amor a los cuatro vientos.