Tener hijos te cambia la vida. Y aunque ya diste el “sí” vale la pena que tú y tu media naranja maximicen el tiempo juntos y no se queden con las ganas de realizar algún viaje, estudio o hobby. Disfruta antes de agrandar la familia.
¿Para cuándo la boda?, ¿y cuándo van a tener hijos?, ¿para cuándo la parejita?, la sociedad te vende un tipo de vida que tienes que tener para encajar. Pero no, tú no. Antes de tomar la bella decisión de buscar un bebé, esto es lo que debes (o más bien, puedes) hacer:
- Duerman hasta tarde. Nada más placentero. Si aún no lo han hecho, inténtalo. Una vez que sean padres, dormir no será una opción.
- Construyan su hogar. Decoren como les de la gana. Inviertan en detalles, hagan de ese departamento (o casa) un hogar.
- Váyanse de fiesta. Salgan con sus amigos, organicen reuniones y recíbanlos en casa. Disfruten del bar, suban el volumen de la música, desvélense, a tope.
- Por supuesto, viajen. Estos viajes será mejor que los hagan antes de convertirse en padres. Viajar, ir a albergues, estar horas caminando, no será posible con hijos pequeños.
- Sí a la espontaneidad (también en la cama). Tengan relaciones todo el tiempo y en todas partes. Denle vuelo a la hilacha.
- Bon Appétit. Conozcan restaurantes gourmet o sitios trendy. Gástense media quincena en una cena de ensueño. Puede parecer exagerado pero tener bebés definitivamente limita las opciones culinarias.
- Tengan citas, muchas citas. A pesar de la locura cotidiana, dedíquense un día a la semana para hacer actividades originales.
- Diviértanse como enanos. Antes de tener niños, vivan como niños. ¿Qué tal practicar un deporte extremo?
- Un auto último modelo. ¿Por qué no? Ahora es cuando podrán darse esos “lujitos”.
- Conciertos, muchos conciertos. Vayan y griten al ritmo de sus canciones favoritas.