Cada vez son más las parejas que han optado por dejar atrás las bodas conservadoras y celebrarlas al estilo tradicional con mucha familia, lugares ostentosos y con vestidos encorsetadas, donde los padres de la próxima pareja dedican todos sus ahorros para el puesto destinado a los enamorados, con el que pagarán la boda, la comida, los recuerdos y parte de ese presupuesto será destinado a vestidos de novia enorme, ostentoso, larguísimo.
Un objeto que se utiliza un solo día y se cuelga como un hermoso recuerdo dentro del armario durante décadas, con suerte, las novias más desapegadas lo donan a tiendas de segunda mano para darles un nuevo uso.
Las nuevas modas, la economía y las campañas de moda fast fashion han desencadenado una moda de vestidos de novia, que hasta ahora solo era un lujo de algunos cuantos. Ahora las tiendas de Fast Fashion han hecho un hincapié en este mercado. Compañías como Fast Fashion, H&M, J.Crew ofrecieron sus modelos a precios de todo público.
La compañía más recientes que lanzado este mercado destinado a novia y a damas de honor es Topshop con su línea Bride que se compone de una exclusiva colección de 5 vestidos de novia y otros 25 diseños para las madrinas, con unos precios que van desde los 490 hasta los 1.100 euros y entre los 117 y los 325 euros, respectivamente.
Lo que se busca con esta línea es ofrecer estilos más actualizados de los que se puede encontrar en el mercado y que las novias tengan el vestido que se merecen para el día más especial, que es su boda.
El equipo de diseñadores de Topshop se han inspirado en esa novia moderna que traslada su ceremonia a una playa tranquila o a una iglesia en el campo. También han pensado en aquellas mujeres que prefieren las bodas chic en la ciudad. Desde consumidoras que busquen un estilo más contemporáneo y diferente a aquellas que se decantan por el corte clásico e intemporal para el día de su boda.