Los detalles que rodean cualquier celebración son muy importantes para dejar un buen sabor de boca entre los invitados. Hay que cuidar cada momento, desde el primero al último. En el caso de los matrimonios, las invitaciones ya deben tener algo especial, algo que recuerde a la pareja.Las tarjetas de invitación son un elemento fundamental a la hora de programar una boda o cualquier otro tipo de celebración. Las imprentas especializadas cuenta con una amplia gama de colecciones para que todo el mundo pueda encontrar esta tarjeta que más se adapte a su personalidad o que más se adapte al tipo de celebración que está organizando.Se puede escoger entre muchas opciones ya que existen desde las que tienen un estilo artesanal (hechas a mano o a través del ordenador), hasta las impresas en serie con los más finos acabados. Son el preludio de lo que será la fiesta, así que es la primera decisión en la que hay que lucirse.En el caso de las invitaciones nupciales siempre debe aparecer el nombre de los contrayentes y, si se desea, el de sus padres. Por supuesto, no puede fatal el lugar, el día y la hora en la que tendrá lugar la celebración.Lo más importante es que sean lo más personales posibles. Conviene encargarlas con tiempo de antelación, puesto que las invitaciones deben estar en manos de los posibles asistentes a la ceremonia con al menos quince días de antelación. Son muchos los detalles que hay que revisar en cada ceremonia por lo que es conveniente hacer el encargo de las invitaciones con cuatro o cinco meses de antelación sobre la fecha de la boda.En cuanto al sobre, la mejor decisión es poner el nombre del invitado a mano, al fin y al cabo son los seres queridos de la pareja que van a compartir ese día y ese detalle da una muestra de cariño y aproximación.