La sal, la pimienta y la ternura, los pajecitos en la boda. Este cortejo en miniatura está integrado por los niños pequeños de la familia, y dependerá tanto de la disponibilidad (y buena actitud) de los elegidos y de sus papás como del gusto de los novios.
La tradición se remonta a la Edad Media, cuando los familiares más jóvenes de los novios, ayudaban a la novia a cargar la cauda de su pesado vestido. Además aventaban arroz o pétalos de flores delante de los novios para que éstos caminaran hacia un futuro dulce y pleno.
Y aunque la sola presencia de los pajecitos le dará un toque de dulzura a tu ceremonia, parecen ser (además) un buen augurio. Los pajecitos simbolizan continua felicidad, fertilidad y descendencia para la pareja.
Pajecitos, sus funciones:
- Tirar un camino de flores antes de que llegue la novia.
- Anunciar el arribo de la novia con un cartelito.
- Cargar la cola del vestido de la novia.
- Entregar anillos, arras, ofrendas al altar, recuerditos…
- Repartir el arroz.
Es importante que les asignes una tarea y les ayudes a entender que es muy importante y que les estás muy agradecida: así se sentirán especiales cuando la realicen.
¿Cuántos?
Pueden ser tanto niñas como niños y no existe un límite respecto al número que se puede o debe tener. Lo primero es decidir qué funciones llevarán a cabo.
Se recomienda que los niños elegidos tengan entre cuatro y nueve años, si son más pequeños quizás no puedan poner la suficiente atención a las indicaciones y si son más grandes tal vez que ya no quieran participar.
¿Cómo? Depende.
En general, los niños entrarán a la iglesia con pocos minutos de diferencia entre sí y con paso lento.
De preferencia, deben llevar todos el mismo modelo o, al menos, el mismo color.
En todo momento debes recordar que son niños y que los imprevistos y las travesuras estarán a la orden del día.