Una boda es un momento tan mágico que seguir al pie de la letra las viejas tradiciones se vuelve todo un ritual. No usar perlas, que no se tuerza la corbata del novio, lanzar el ramo para saber de quién será la próxima boda; por temor a la mala suerte o por romanticismo, supersticiones que pocas se atreven a desafiar.
Podrían ser solo mitos pero usar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul suena a una gran opción “por aquello de las malditas dudas”.
- Algo nuevo. Lo nuevo simboliza el futuro de los recién casados.
- Algo viejo. Lo viejo suele estar relacionado con la amistad, y suele tratarse de un presente que una amiga casada entrega a la novia con la esperanza de compartir su dicha.
- Algo prestado. Lo prestado suele ser una joya familiar con cierto valor sentimental.
- Algo azul. Que la novia lleve algo azul es una tradición hebrea, ya que en esta cultura el color en cuestión simboliza fertilidad, y que la novia lo llevara el día de la unión era una manera de asegurar que tuviera muchos hijos.
- Ver a la novia antes de la boda. Esta tradición viene de una época en que los matrimonios eran arreglados, así que lo mejor era que el novio no conociera a la chica antes de “cerrar el trato”. Nada de echarse para atrás.
- Usar velo. Precisamente con la idea de “disimular imperfecciones”. Cero romántico.
- El ramo. Las novias egipcias acostumbraban llevar un ramo pero no un bouquet de flores, sino de hierbas con olores muy fuertes para alejar a los malos espíritus.
- Cargar a la novia al entrar a la nueva casa. Los romanos veían de muy mal augurio que alguien tropezara al entrar al nuevo hogar, así que para estar más seguros, el novio cargaba a la novia. Además es súper cursi.
- Las perlas. Simbolizan las propias lágrimas de la novia, por lo que llevarlas durante la boda atrae la desdicha hacia el matrimonio.
- En martes, ni te cases ni te embarques. Este día de la semana es propicio para desgracias y catástrofes. Evítalo.