Un corazón roto realmente duele. Y los científicos comparan el dolor con el de una quemadura leve en la piel. Y aunque el umbral del dolor femenino es amplísimo, el mal de amores y sus síntomas no debería pasar desapercibido.
Si has sentido que tu organismo está resintiendo esa ruptura, entonces sigue leyendo. Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, señala que las mismas redes cerebrales que se activan cuando sufres una quemadura leve se encienden cuando piensas en un amor que te ha rechazado. De ahí todas las ocasiones en que tu mejor amiga ha dicho “me duele el corazón” y aunque propiamente no le duele el corazón, su cuerpo está registrando los efectos del dolor emocional.
El cerebro se activa ante el peligro, sin diferenciar entre el dolor físico y el emocional. El corazón roto y las separaciones dolorosas son “más que simples metáforas”, afirma Ethan Kross, investigador principal del estudio y profesor asistente de psicología en la Universidad de Michigan en Ann Arbor. Los dolores emocionales intensos pueden derivar en fibromialgia, un trastorno crónico que causa dolores musculares y fatiga.
No solo eso, se ha comprobado que un dolor emocional al grado de depresión amenaza la vida de quien la padece. Aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y, en general, afecta al organismo tanto como la obesidad.
Pero no todo está perdido. Parece que el proceso de sanación de un corazón roto inicia solo con un Tylenol (Paracetamol), por lo menos eso afirman psicólogos de la Universidad de Kentucky. Así los síntomas físicos empezarán a desaparecer.
Resulta que cuando nos enamoramos nos volvemos adictos a la dopamina que liberamos al estar con esa persona especial, pero a diferencia de algunas drogas, nuestro centro de recompensa siempre quiere más dopamina, así que cuando la relación termina y dejamos de producir drogas actuamos igual que un adicto en rehabilitación. Ahora todo tiene sentido, tómalo con calma.