Dormir con tu pareja (hasta que la muerte los separe) parece una obligación, y aunque muchos la ejecutan sin “chistar”, algunos se preguntan si realmente es tan malo dormir en camas separadas.
Hay quienes dicen que dormir en camas o habitaciones separadas no solo les brinda mejor descanso, también aseguran que el sexo es mucho mejor.
Dejando de lado los tabúes y las ideas preconcebidas, dormir en camas separadas puede hasta salvar relaciones, pero para ello las dos personas implicadas en la relación tienen que decidirlo juntos.
Entre los pros:
- Independencia de movimientos y horarios.
- La posibilidad de tener intimidad o no. No hay presiones.
- La líbido a tope, hay una inmediata excitación por dejarse caer en la cama del otro.
- Adiós ronquidos.
- Mejor humor tras un verdadero descanso.
¿Hay contras?
- Se pierde la oportunidad de practicar ese sexo nocturno espontáneo.
- El mero hecho de expresar cariño (gracias a la cercanía) ayuda al cerebro a generar oxitocina, una hormona que reduce el estrés.
- Es más difícil irse a la cama enojados, por el hecho de compartir espacio físico.
Y aunque la decisión de dormir en camas separadas es de dos, nada se pierde con probar, ceder y si lo echas de menos, al día siguiente tendrás más ganas de estar con él.
Dormir lo suficiente en buenas condiciones puede provocar una mayor cantidad de interacciones positivas con la pareja.
La rutina y el simple paso del tiempo, las actividades profesionales o empleos, la condición económica y, en el peor de los casos, una fuerte discusión, las causas más comunes.
Dormir en camas separadas no implica que el amor se ha terminado o que ya no se quiere estar juntos. Todo lo contrario, ante una crisis, durmiendo en camas separadas la relación de pareja o matrimonio puede mejorar mucho.
Tú, él, durmiendo en camas separadas, no sé, piénsalo.