El principio del cachorro, mejor conocido como neotenia, describe un fenómeno biológico, que además de tener efectos de supervivencia en el ser humano, es viable aplicarlo al ámbito amoroso, así es.
Este principio señala que “Por naturaleza, la mayoría de los animales, incluido el ser humano, nacemos con la frente y los ojos más grandes, proporcionalmente a nuestro tamaño”.
Dicha característica es un mecanismo de supervivencia para que los padres cuiden a los pequeños y no se los coman (en el caso de los animales, por supuesto).
En pocas palabras, un ser es tan agradable y tierno que no puedes hacerle daño. Así mismo funciona tu cerebro con ese chico lindo.
Pasa lo mismo que cuando queremos morder a quienes amamos, es así como regulamos nuestras emociones. Si sientes ganas de morder a la persona que amas es que sencillamente no puedes contener la ternura que él o ella produce en ti, es literalmente imposible soportarlo.
Es una cuestión meramente instintiva. Es una salida de tu cerebro para no volverse loco de ternura.