Resulta que ante una superior presencia de mujeres, los hombres desarrollan más comportamientos violentos. Esta es la tesis defendida por un estudio publicado en la revista Human Nature.
Este estudio afirma que en las zonas donde hay más mujeres se producen más asesinatos, asaltos, crímenes sexuales y más delitos relacionados con la prostitución.
Investigadores de la Universidad de Utah, Estados Unidos, analizaron cómo la mayoría de hombres o mujeres influye en las tasas de criminalidad de un país. Sin duda, la conclusión fue sorprendente.
Ryan Schacht, uno de los investigadores, señala que en situaciones en que las mujeres escasean, se vuelven “un recurso valioso” y los hombres son conscientes de sus deberes para ganar y retener una pareja. Es un mero instinto animal.
Cuando las mujeres abundan, los varones resultan “mareados” ante una posibilidad de elección más amplia y adoptan una actitud más promiscua, lo que lleva a conflictos con otros hombres y provoca delitos relacionados con el sexo.
Cuando hay menos mujeres los hombres tienden a ser más responsables para conseguir una pareja. Sin embargo, cuando el porcentaje de mujeres es superior, los hombres desarrollan comportamientos que elevan el número de crímenes relacionados con el sexo.
Aunque la comparación es burda, se trata de la ley de la oferta y la demanda. Según el experto podríamos aplicar las reglas del mercado al comportamiento masculino.
“Estamos demasiado enfocados en el exceso de la presencia del sexo masculino, cuando deberíamos reorientarnos a (estudiar) los lugares con más mujeres”, asegura Schacht.
La agresión masculina es la responsable de su hegemonía en la mayoría de las especies. Los estudios realizados a deportistas muestran que su nivel de testosterona es notablemente superior al finalizar la actividad deportiva, lo que claramente demuestra que la competencia eleva los niveles de agresividad.
En este ámbito, los estudios confirman que la violencia de masas suele ocurrir en los partidos en que hay animadoras.