Han pasado meses o, peor aún, años y sigues pensando en tu ex. Quizá eso que llamas amor no sea otra cosa que una obsesión. Suena muy fuerte, ¿no?
Si no existe en tu mente, tampoco existirá en tu vida. Es momento de que pases la página o, mejor aún, cambia el libro, seguro encuentras uno mucho más entretenido. Estas son 5 señales de que definitivamente no es amor, es una obsesión:
- Estás stalkeando. Sabes a dónde fue el viernes pasado, con quién, cuántas cervezas tomó. Sabes, incluso, que escuchó y qué película vio. Sé sincera, es bastante enfermo.
- Pasas una y otra vez por esos lugares donde algún día fueron felices (o no). Si revivir los buenos momentos ya es demasiado, imagina revivir los malos. Donde comieron, donde pelearon, donde se reconciliaron, hoy es irrelevante. Es puro masoquismo. Por algo le llaman “ex”.
- Haces un playlist llamado “Mal de amores”. De hecho Spotify ha creado uno por ti, ¡no, no lo busques! En este momento no necesitas echarle limón a la herida. Cambia tu mood, elige música que te levante el ánimo.
- Es tu tema de conversación número uno. Ya todos están cansados de escuchar lo mismo, ya se aprendieron cada una de tus historias. Es más, hay gente que ha tratado de ayudarte pero no lo logra, es que no te dejas. Evita perder amigos o familiares, en serio, el drama cansa.
- Buscas el modo de coincidir con él. Sabes a qué hora sale del trabajo y por “casualidad” pasas por el lugar. Visitas a su mamá para entregarle un pequeño presente por su cumpleaños y “sin querer” lo encuentras. Ya no es gracioso, ahora quizá sea patético.
Déjalo ir. Si fue su culpa o la tuya, si te quiso o no, ya no importa. Si no sueltas el pasado, ¿con qué mano agarras el futuro? Piénsalo, lo que llega podría ser mejor que lo que se va.