Un estudio de la Sociedad de Pedicuros y Podólogos de Reino Unido ha constatado que el uso de zapatos con tacón durante el embarazo tiene un "enorme impacto" para su salud ya que en muchos casos puede provocar inflamación de los tobillos o hinchazón general.Como ha explicado la doctora Lorraine Jones, autora de este estudio, en declaraciones a la BBC, "los tacones altos alteran la postura, acortan los músculos de la pantorrilla y generan una mayor presión en rodillas y espalda".Esto está provocado porque durante el embarazo "los músculos y los ligamentos se ablandan y se estiran debido a un aumento de la hormona relaxina –que producen los ovarios durante el embarazo–, lo que hace a los pies más propensos a esguinces de tobillo o de ligamentos todos los días".En esta encuesta, en la que han participado unas 1.000 embarazadas, detectaron que muchas calzaban de forma regular zapatillas de danza, sandalias de playa, tacones altos y botas australianas planas, todas ellas "inadecuadas" en estos casos ya que "no ofrecen mucho apoyo" al andar.De hecho, siete de cada diez mujeres admitieron haber sufrido problemas en los pies cuando estaban embarazadas, incluyendo tobillos inflamados (37%), hinchazón general (45%) y dolor en el arco y el talón (16%).Por ello, desde esta sociedad animan a las embarazadas a calzar zapatos amplios y firmes que les den apoyo para minimizar la incomodidad y evitar el daño en el largo plazo.Igualmente, en el caso de querer usar tacones, recomiendan que sean de como mucho tres centímetros, ya que estos pueden desplazar el peso corporal un poco más arriba en el pie y alivian la incomodidad.