¿No has podido bajar de peso? Probablemente estés más sano que alguna persona que se vea delgada y no lo sepas. Estas son algunas cosas que probablemente no sabías sobre la pérdida de peso.
Predisposición genética
Los genes nos juegan malas pasadas y nos engordan, si tu familia tiende al sobrepeso probablemente tu también lo padezcas.
Según los investigadores, las personas que tenían dos copias del gen corrían 40 por ciento más riesgo de contraer diabetes y 60 por ciento má de ser obesas que quienes no lo tenían. Las personas con una sola copia del gen también tenían un mayor peso. Ahora se cree que hay muchos genes de la obesidad. Podrían ser más de 100, cada uno, responsable de kilitos que no nos gustan en ciertas partes.
Algunos tienen más células grasas
Y la diferencia entre personas puede ser enorme; algunas tienen hasta dos veces más células grasas que otras.
Bajar o subir algunos kilos de peso no modifica el número de lipocitos, que conservan parte de la grasa en su interior y después recuperar la que perdieron. Para colmo, los lipocitos de las personas obesas o con sobrepeso conservan una mayor cantidad de grasa.
Puedes cambiar tu metabolismo
Los expertos aseguran que en ti está el cambio y que tu metabolismo se puede modificar con dieta y ejercicio. Lo importante es que consultes a médicos especialistas tanto para llevar una dieta que acelere tu metabolismo y te haga perder peso, como para hacer el ejercicio para llegar a tu meta.
El estrés nos hace engordar
Las circunstancias estresantes nos impulsan a comer alimentos ricos en carbohidratos, que mitigan los efectos de las hormonas del estrés. Incluso, aunque no comamos, nuestro cuerpo engorda como efecto secundario.
Duerme para bajar de peso
Si duermen menos de siete u ocho horas al día, lo recomendable, es que regreses a descansar para no aumentar tu peso. Dormir bien te hace sentir menos hambre y bajas de peso espontáneamente.
Dormir bien altera el equilibrio hormonal y provoca una disminución de leptina, la cual nos ayuda a sentirnos saciados, y un aumento de grelina, la cual desencadena el apetito. Como consecuencia, comemos sin sentir hambre en realidad. Así que a dormir.
El azúcar es adictivo
Aunque la comida no causa adicción de la misma manera que las drogas y el alcohol tiene efectos muy similares.
Investigadores creen que esto quizá se deba a la dopamina, hormonal vinculada con la motivación y el placer. Si las personas obesas tienen menos receptores de dopamina , tal vez necesiten más comida para sentirse saciadas y satisfechas.
La dieta adecuada
Los gurús de las dietas bajas en grasas ahora aceptan algunas grasas y los enemigos de los carbohidratos empiezan a apoyar los cereales enteros, sin embargo todas las dietas subrayan 4 mandamientos básicos para una alimentación sana.
- Consumir carbohidratos en forma de cereal enteros y fibra
- Evitar las grasas trans y las grasas saturadas
- Comer proteína magras
- Llenare de frutas y verduras.