El verano es una época en la que, a pesar de las vacaciones, sometemos a nuestro cuerpo a múltiples agresiones, como el sol, la humedad y el aire acondicionado, entre otros factores.Y si viajamos, consumimos alimentos de venta callejera sin las adecuadas condiciones de salubridad y aguas a las que no estamos habituados, explica Carlos Raposo, médico y subdirector del Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Como consecuencia de ello, bacterias, virus y hongos encuentran un caldo propicio en el que desarrollarse.Gastroenteritis, ¿en qué consiste?
Es una inflamación del tracto digestivo, causada por bacterias o virus presentes en alimentos en mal estado o manipulados sin higiene, o bien en el agua. Es más frecuente en verano porque las bacterias crecen más rápidamente con el calor y la humedad.Síntomas: Fiebre, dolor abdominal, náuseas, vómitos, deshidratación y diarrea.¿Cómo se previene?: Si preparas tú la comida, lava bien todos los alimentos y manténlos refrigerados. Evita las salsas caseras en verano, en especial las elaboradas con huevo. Cuando viajes, bebe mucha agua, pero sólo embotellada y trata de evitar el hielo y los helados artesanales.¿Cómo se trata? Lo más importante es rehidratar y compensar la pérdida de sodio y electrolitos. Para conseguirlo no son suficientes el agua ni las bebidas deportivas, si no las soluciones de hidratación de venta en farmacias.