Refugiarnos en la comida puede ser contraproducente cuando estamos en ciertas situaciones como las que vamos a mencionar a continuación. Mejor identifícalas y no te refugies en los carbohidratos.
- Cuando andas estresada: El cortisol, la hormona del estrés, está enamorado del azúcar. Por eso cuando estamos muy estresadas se nos antojan las cosas dulces y con grasa, ¡no queremos pepinos!
Aprende a controlar tus emociones sin recurrir a alimentos reconfortantes, ya que estos no son una solución, pues en lugar de calmar tu estrés, aumentarán tus ganas de comer más azúcar. No los tengas a la mano, ni en casa ni en la oficina: si sabes que tienes que salir a comprarlos tal vez se te pasen las ganas de comerlos.
Otra manera de evitarlo es haciendo ejercicio con una rutina diseñada por un experto como los de Sports World, el ejercicio funciona también como una ruta de escape para combatir el estrés. De esta manera liberarás endorfinas que ayudarán a relajarte y a que veas las cosas con claridad.
- Por una mala recuperación post ejercicio: Cuando acabamos de hacer ejercicio, el músculo abre la ventana y, lo que comamos, le servirá para recuperar energía. Lo malo es que esta ventana dura aproximadamente una hora y, si te tardas más, ¡pierdes tu oportunidad! Lo más seguro es que te den crisis por comer azúcares más tarde.
Lo recomendable es consumir proteínas y carbohidratos inmediatamente después del ejercicio, que no pasen más de 15 minutos. Lo mejor es acostumbrar a tu cuerpo a que, antes y después de entrenar, puedes comer cosas dulces, así sea un pan con mermelada: pero ya no se te antojarán el resto del día.
- Por seguir dietas demasiado estrictas: Si eliminas por completo los carbohidratos de tu alimentación, seguramente aumentarán tus antojos por este tipo de alimentos. Y sí, probablemente bajarás de peso, pero puedes poner en peligro tu salud y tu metabolismo.
Recuerda que una alimentación saludable, es la que incluye todos los grupos de alimentos. Prefiere los carbohidratos saludables como las frutas, verduras, tortilla de maíz, frijoles y lentejas, entre otros.
- Por cambios hormonales: Es realidad que una semana antes del periodo menstrual, aumenta el apetito y el antojo por lo dulce. Esto es porque las mujeres son más sensibles a la insulina antes y durante estos días, lo que hace que los niveles de glucosa estén más bajos.
No te saltes las comidas y consulta a algún especialista en nutrición para que te guíe. Por otro lado, es recomendable consumir un snack a media mañana y otro a media tarde, además de las tres principales. ¡Nunca pases más de cuatro horas sin comer!
No nos olvidemos del ejercicio, que por sí solo nos ayuda a controlar el estrés y disminuir la ansiedad por los carbohidratos. Un estilo de vida no es saludable si no realizas actividad física. Dale prioridad y disfruta de sus múltiples beneficios.