Seguramente cuando estudias te han dado ganas más de una vez, de ponerte el libro de almohada, y dormir sobre él para que por arte de magia se te adhieran todos los conocimientos, y despertar hecha toda una cerebrito. Pues aunque la idea suene descabellada, un estudio acaba de revelar que, en efecto, es posible aprender durmiendo.
El sitio web de Nature Communicatios, nature.com, publicó los resultados de un experimento en el que se le puso a un grupo de 20 personas (ninguna con trastornos de sueño) una serie de patrones acústicos que incluían ruido blanco (sonido similar al de un televisor que no sintoniza ningún canal), mientras dormían.
Cuando los voluntarios despertaron se les repitió las grabaciones pidiéndoles escoger las secuencias de ruido blanco que escucharon . Sorprendentemente lo hicieron correctamente, incluso mejor a que si lo hubieran hecho al azar.
¿Por qué?
Resulta que las personas en general no podemos centrarnos específicamente en lo que escuchamos, sin embargo el ruido blanco es detectado en automático por nuestro cerebro. “El cerebro dormido está incluyendo información que está sucediendo afuera y procesándola con un grado impresionante de complejidad” dijo Thomas Andrillon quien fue el director para el estudio.
Es por eso que existen distintas técnicas de aprendizaje en el que se recomienda estudiar escuchando ruido blanco.
Regresando al experimento, el aprendizaje sólo ocurre en ciertas etapas del sueño, ya que es un ciclo. Para que esto suceda debemos estar en la etapa más profunda de sueño, ya que el cerebro suele tener más presentes las tareas que debemos realizar al día siguiente.
Así que ya sabes, de hoy en adelante debes dormir escuchando ruido blanco.
Si crees que esto no es lo tuyo, te recomendamos aquí algunas otras técnicas de memorización.