Independientemente de las nuevas modas de alimentación que están excluyendo el gluten dentro de sus dietas, es importante saber si tu cuerpo necesita o no aquella proteína que se encuentra en la semilla de trigo.
Para empezar debemos mencionar que existe una enfermedad genética llamada enfermedad celíaca que le impide, a quienes la padecen, ingerir gluten porque daña su intestino delgado. Y aunque sabemos que el gluten se encuentra usualmente en el trigo, la cebada y el centeno, también lo podemos encontrar en productos como medicinas, vitaminas, bálsamos labiales, e incluso en el pegamento de las estampillas postales.
Esta enfermedad afecta a las personas de manera distinta, aunque tiene síntomas muy definidos. El daño ocurre en el sistema digestivo, pero puede escalar al estado emocional de las personas. Por ejemplo, alguien puede tener diarrea, pero otra persona afectada puede sentirse irritable o deprimida.
Estos son algunos de los síntomas más comunes:
- Diarrea crónica o intermitente.
- Retraso en el desarrollo o falta de crecimiento (en niños).
- Síntomas gastrointestinales persistentes o inexplicables, como náuseas y vómitos.
- Fatiga prolongada (estás cansada todo el tiempo).
- Dolor abdominal recurrente, cólicos o gases.
- Pérdida repentina o inesperada de peso.
- Anemia por deficiencia de hierro sin explicación, u otra anemia no especificada.
Ojo
También puedes tener sensibilidad al gluten no celíaca. Para confirmarlo debes acudir a tu médico y pedir que te realicen las pruebas especiales que les hacen a las personas con celiaquía.