No es un secreto que perder peso a los 20 no es lo mismo que perderlo a los 40. Quizá piensas que se debe al metabolismo y sí, pero va mucho más allá de eso. No solo nuestro cuerpo y organismo cambia si no también nuestro estilo de vida. Esta es una guía rápida de cosas que nos te están haciendo engordar según nuestra edad, 20,30 o 40.
A los 20
Cuando estamos en la etapa de los veinte apenas estamos comenzando a independizarnos, eso implica nuevas responsabilidades como preparar nuestro propios alimentos, lo que a veces es complicado por tiempo, por falta de conocimiento u otras cosas. Este hecho nos lleva a recurrir en muchas ocasiones a comer fuera de casa y también a consumir comida rápida porque es más barata.
Si te sucede esto a menudo tienes de dos, organízarte para preparar tus alimentos o salir a comer a un lugar que sea saludable y esté entre tus posibilidades económicas.
Si vas a comer ensaladas o frutas te recomendamos que te las prepares tú misma, así ahorrarás dinero.
Los 30:
Existen dos factores que no te están ayudando.
El primero, seguramente entre el trabajo, los hijos y las tareas de la casa no estés durmiendo lo suficiente. No descansar por lo menos 7 horas diarias nos puede estar deteniendo para alcanzar el objetivo de perder peso.
Planifica tu día en fin de semana para que durante la semana estes alivianada y no te estreses y puedes descansar como se debe.
El segundo, por lo mismo de la falta de tiempo quizá no estés haciendo todas las comidas que tu cuerpo necesita para bajar de peso. Muchas mujeres cometen este error y además por las noches ingieren más comida.
La solución es planear. Planea tus comidas el fin de semana que sea saludables y que contengan grasas naturales como almendras, nueces y aguacate para que te sientas satisfecha a lo largo del día.
A los 40:
Todos empezamos a perder músculo a esta edad. Son los músculos los que queman calorías, manteniendo nuestros peso estable. Por lo tanto, a los 40 tu cuerpo necesita mucho más proteína para no perder músculo y ganar grasa.
La mejor fuente para obtener proteína y que el cuerpo la absorba es con un buen desayuno. Por eso el desayuno es tan importante.
Además necesitamos mantener una rutina de ejercicios, quizá te sientas cansada, pero para evitar esa fatiga. Levantar pesas ligeras, hacer flexiones, lumbares o repeticiones son una buena solución; centrarse en los ejercicios que trabajan múltiples grupos musculares te ayudará a no perder músculo. ¡Manténte activa!