Ducharse después de hacer ejercicio

¿Te gusta darte una ducha después de hacer ejercicios?

¿A quién no le gusta ducharse después de haber hecho una ardua rutina de ejercicios? Cuando llegas a tu hogar llena de sudor, lo primero que quieres hacer es liberarte de todo.

Ducharse después de hacer ejercicio es una opción bastante higiénica, ya que eliminas gérmenes y sudor, así como el mal olor corporal generado por la rutina.

Nuestro cuerpo está muy caliente debido al ejercicio realizado, por lo que un cambio brusco de temperatura no le hará ningún bien. Por eso, no es aconsejable ducharse al instante de acabar los ejercicios, ni tampoco hacerlo con agua muy fría.

Después de unos 15-20 de relajación, ya es conveniente darse una ducha de agua tibia o caliente. Aunque no lo creas, el agua caliente tiene grandes beneficios que el agua fría no da: quita el ácido láctico, relaja los músculos y mejora la circulación de la sangre.

Algunos entrenadores recomiendan realizas una ducha en la que se alterne agua fría y caliente, ya que esto hará que se alivie el dolor que provoca el ejercicio. Este método consiste en alternar dos minutos de agua caliente con treinta segundos de agua fría, repitiendo la secuencia cuatro veces.

No cabe la menor duda que darse una ducha después de hacer ejercicio es importante, así evitaremos mal olor y sudor de más.

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