Ejercita tu mente

Una buena clave para no dejarse desbordar por uno mismo, es asociar un movimiento a una emoción positiva. Cuando estés relajada, cierra una mano frotando el dedo pulgar con el índice. Crearás así una sensación táctil que se asocia automáticamente con el bienestar.Realiza este gesto cada vez que necesites alcanzar un estado de relajación. La doctora M. Julián asegura: "Yo tenía un paciente jugador. Cuando debía decirle a su mujer que había perdido en las máquinas tragaperras, ponía como música de fondo las canciones que bailaban cuando se enamoraron. Funciona porque no se pueden sentir dos emociones a la vez".Modera tu lenguajeEvita utilizar expresiones negativas para describir tu estado de ánimo. Emplea el lenguaje con moderación. Por ejemplo, después de una pelea conyugal nunca digas "nos cabreamos, fue un horror, no podemos continuar así", pues eso acelera más el ritmo cardíaco.Lo mejor es tranquilizarse y decir: "Hemos tenido una discusión animada, pero normal en una pareja como nosotros". Esto te permitirá aliviar el estrés y ver la relación desde una perspectiva más positiva.Recuerda las cosas buenas que te ocurrenVivimos en un mundo que se aferra más a los acontecimientos negativos que a los pequeños placeres cotidianos. Cuando la tensión te oprima, piensa: "¿Qué cosas buenas me han ocurrido hoy?". Tus posibles respuestas son: "Esta mañana he encontrado un sitio para aparcar nada más llegar, he desayunado con una amiga, he tenido media hora de tranquilidad absoluta…". Mientras piensas en ellas, se te habrán disipado los pensamientos negativos.Haz que tus neuronas se desinhibanCuando algo va mal, se respira mal y hay que encontrar muy deprisa imágenes mentales gratificantes y positivas. Escucha una canción que te guste o que te haya acompañado durante una buena velada entre amigos para detenerte, respirar mejor y oxigenar tu mente. Cuando tengas una bajada de tensión prueba a escuchar tu canción preferida, recuperarás paulatinamente el buen ritmo.