Un gran número de mujeres embarazadas experimentan vómitos y náuseas, algo muy común sobretodo durante el primer trimestre de embarazo. La rápida elevación de los niveles de la hormona GCH, suele ser la causante de estas molestias.
La hiperémesis gravídica sucede cuando las náuseas son tan constantes que pueden llegar a producir la deshidratación en la embarazada entre otros síntomas, son estos:
1- Deshidratación: es la pérdida o falta de líquido en el organismo que le impide funcionar correctamente.
2- Pérdida de peso: en el embarazo una pérdida de peso sin motivo aparente es razón para consultar al obstetra.
3- Mareos y debilidad: los mareos son una molestia más en el embarazo, pero si son frecuentes y constantes, puede ser un síntoma de hiperémesis gravídica.
4- Intensos dolores de cabeza: las jaquecas o cefaleas también suelen darse durante la gestación, si estas son persistentes, conviene consultar.
5- Náuseas intensas y persistentes: las náuseas van acompañadas de vómitos severos y pueden llegar a provocar la deshidratación en el embarazo.
6- Estreñimiento: una molestia muy incómoda para la embarazada.
7- Desequilibrio metabólico y electrolítico.
8- Disminución de la frecuencia urinaria: una consecuencia de la deshidratación es la falta de micción.
9- Palpitaciones.
10- Asco a la comida y rechazo a determinados alimentos.
Tratamiento para la hiperémesis gravídica
Los médicos especialistas pueden administrar medicamentos para controlar los vómitos y las náuseas. Ante la deshidratación es necesario que la futura mamá reciba líquidos y nutrientes por vía intravenosa.
Si la paciente no consigue nutrirse adecuadamente puede recibir los nutrientes que necesite a través de una vía y combatir la deshidratación con reposo en cama.