Las vitaminas y minerales desempeñan una función muy importante para el desarrollo de todas tus funciones vitales y las de tu bebé. Durante el embarazo, necesitas una cantidad superior a la habitual de hierro, yodo y ácido fólico. Otros nutrientes importantes son el calcio, el zinc y las vitaminas A, C y D.
Tomar suplementos vitamínicos prenatales asegura la ingesta de las cantidades extra necesarias de yodo, hierro y ácido fólico. Una dieta equilibrada debería aportar el resto de vitaminas y minerales que necesitas durante el embarazo. Consulta con tu médico si tienes dudas acerca de los suplementos que necesitas.
CALCIO
¿Cuánto? 1.200 mg.
¿Dónde? En los productos lácteos y en las sardinas, los kiwis y los frutos secos.
¿Para qué? Para la correcta formación de los huesos y los dientes del bebé, para el buen funcionamiento de los músculos y para producir la leche de la lactancia.
HIERRO
¿Cuánto? 30 mg.
¿Dónde? Carnes rojas, huevos y mejillones.
¿Para qué? Para la formación de la placenta y el cordón umbilical, para aumentar los glóbulos rojos de la madre y para garantizar el buen crecimiento del bebé.
VITAMINA C
¿Cuánto? 120 mg.
¿Dónde? En los cítricos, los tomates y los espárragos.
¿Para qué? Favorece la absorción del hierro y aumenta tus defensas.
ÁCIDO FÓLICO
¿Cuánto? 0,6 mg.
¿Dónde? En las verduras de hoja verde, las legumbres y los cereales. El médico te recetará en el primer y en el último trimestre un suplemento.
¿Para qué? El ácido fólico se usa para evitar que el bebé tenga algún defecto del tubo neural.
ZINC
¿Cuánto? 20 g.
¿Dónde? Carne, pescado y marisco.
¿Para qué? Favorece la cicatrización y ayuda a evitar el parto prematuro.
El consumo de yodo es importante para asegurar el correcto desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé.
Las principales fuentes naturales de yodo en la dieta son la sal yodada, el marisco en general, el pescado, los huevos y las algas, pero es difícil obtener los 150 microgramos diarios recomendados durante el embarazo a partir de esas fuentes. Por ello, se recomienda tomar un suplemento vitamínico prenatal que contenga yodo desde el momento en que se considere la posibilidad de embarazo y hasta finalizar la lactancia.