Las verduras y frutas congeladas son una buena alternativa por muchas razones: son nutritivas, prácticas y están disponibles en cualquier época del año.
Si lo que pretendes es incluir en tu alimentación más frutas y verduras, las versiones congeladas pueden ser una gran opción para complementar todos tus platillos.
Cuando el tiempo para cocinar es insuficiente, si se trata de alimentos de otra temporada o necesitas que ciertos ingredientes te duren más que los frescos, el pasillo de los congelados te puede sacar del apuro. Conoce las razones.
Son nutritivas
El proceso por medio del cual se congelan es a muy alta velocidad por lo que se conservan la mayor parte de sus nutrientes y propiedades: vitaminas, minerales, fibra, agua, que le hacen bien al cuerpo. Si bien hay pérdidas en el proceso son menores a las que resultan tras almacenarlas frescas por varios días.
Ya están limpios
Una vez que se recolectan los vegetales, se seleccionan y se lavan, eliminando las partes no comestibles y los restos de tierra y suciedad; luego, se blanquean, es decir, las sumergen en agua hirviendo para eliminar microbios y bacterias.
Cualquier época del año
La congelación impide el desarrollo de microorganismos, mantiene la calidad física del producto, evita la pérdida de humedad y facilita el consumo de variedades fuera de la temporada.
Prácticos
Si lo que no tienes es tiempo no hay nada como hacer tu vida más práctica que los vegetales y la frutas congeladas. Además, algunas marcas suelen tener sus versiones individuales listas para utilizarse y mezclarse con otros alimentos, para no desperdiciar.
En su punto
Las frutas y verduras destinadas a congelarse se recolectan en su punto óptimo de maduración, que es el momento en el que contienen más nutrientes y un mejor sabor, es por ello que al llegar al punto de congelación sus nutrientes jamás se alteran.
Para que los alimentos congelados conserven sus nutrientes es necesario descongelarlos de la manera correcta: en el microondas, a temperatura ambiente o sumergir la bolsa en un bowl con agua fresca. Nunca en agua hirviendo, ni descongelar y volver a congelar.