María Blasco, miembro del Consejo de la Academia Europea

María Blasco, miembro del Consejo de la Academia Europea

Entrevistamos a María Blasco, una investigadora que es un referente mundial de la oncología y el envejecimiento. Hablamos con ella sobre la vida y la muerte.
Hay gente que estudia para saber lo que pone en los libros y otra que lo hace para añadirles cosas. Durante su adolescencia, María Blasco oyó hablar de genética y biología molecular y comprendió que lo que quería hacer era intentar descifrar enigmas para ayudar a curar enfermedades.Una de las científicas más galardonadas de Europa acaba de ser nombrada miembro del Consejo de la Academia Europea es, a sus 41 años, referencia necesaria en las revistas científicas más prestigiosas del mundo. Hemos hablado con ella de temas tan profundos como la vida y la muerte. Su sencillez da fe de su inteligenciaAlteración Genética- La gente dice que los que llegan más alto son los que han tenido una educación más cara. Usted es un ejemplo de lo contrario.- Jamás fui a un colegio privado. Defiendo la educación pública y gratuita. En ese sistema, cualquier persona con capacidades tiene oportunidad de demostrarlas.- Pero hay que tener buenos maestros. ¿Quién le influyó más?- La supervisora de mi tesis doctoral en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, Margarita Salas, y Carol Greider, del Cold Spring Harbor Laboratory de Nueva York. También aprendí de mis padres, que me enseñaron que lo más importante es el conocimiento.- Sus dos objetos de estudio la telomerasa y los telómeros encierran respuestas sobre el cáncer, el envejecimiento, la esperanza de vida… ¿Puede explicarnos qué son?- Los telómeros son terminaciones de los cromosomas con una función parecida a la del final del cordón de los zapatos, que es trascendental: son una de las cosas que determina que las células del organismo no se puedan dividir indefinidamente. Cada vez que las células se reproducen, se pierde un poco de lo que sería el plástico que protege el final de ese cordón. Al final, nos quedamos sin el plástico, con lo que el cordón se deteriora y no sirve. Eso quiere decir que las células tienen fecha de caducidad, lo mismo que nosotros….Células y envejecimiento- Las células cancerosas son inmortales.- Las células normales se reproducen unas decenas de veces y, luego, entran en un proceso de senescencia celular, un mecanismo que evita que el organismo desarrolle tumores. En cambio, podríamos decir que las células cancerosas han descubierto el truco para hacerse inmortales. Lo consiguen acumulando y activando la enzima telomerasa. Las células normales tienen poca pero suficiente enzima como para permitirnos unos 80 o 90 años de vida, no más. Las tumorales tienen estrategias (entre ellas, mutaciones) para conseguir muchísima telomerasa. Es su ingrediente de inmortalidad.- Podríamos deducir que la vida limitada de las células evita desarrollar mutaciones y, finalmente, cáncer.- En efecto. La célula normal está programada para desaparecer ante mutaciones que atentarían contra el organismo que las alberga.- ¿Y cómo se aplica eso al envejecimiento?- Cuando envejecemos, los telómeros se acortan, se van perdiendo.- El cáncer es entonces la respuesta que podemos esperar por el alargamiento de la esperanza de vida.- Lo que quiero decir es que el organismo está bastante ajustado en cuanto a los tiempos. Las enfermedades mortales (cardiovasculares, cánceres… empiezan a aparecer a los 50 o 60 años. Hasta los 40, la gente muere por accidentes de tráfico y cosas así. A partir de esa edad, empiezan los problemas. Podemos ir reparando las células dañadas hasta que ya no podemos sanarlas más. Esto no significa que las cosas no se puedan cambiar. Podrían hacerlo si se alteran los genes.Ratones inmortales- En su laboratorio han visto cómo a ratones que se les activaba la telomerasa vivían más tiempo, pero no todos desarrollaban tumores.- Si hacíamos ratones con más telomerasa de lo normal, estos desarrollaban más tumores en el primer año de vida. Pero los que no morían de tumores, vivían más y con menos patologías asociadas al envejecimiento que los que tenían la telomerasa normal. También se mantenían más juveniles y se prolongaba su edad fértil.- ¿Podría ajustarse el proceso para prolongar la vida sin desarrollar tumores?- Si la naturaleza ajustara que tuviéramos más telomerasa y, a la vez, pudiéramos poseer más supresores de tumores, podríamos terminar viviendo más tiempo, libres de cáncer.- ¿Es una utopía pensar en conseguir un ratón eterno?María Blasco: No. De hecho, extender genéticamente la vida de un ratón es uno de los máximos objetivos de la ciencia, pero algo difícil de lograr.- Eso sería conseguir el Nobel.- No sé si ese galardón precisamente, pero existe el Premio Matusalén, que se dará a quien consiga alargar la vida de un ratón a través de alteraciones genéticas. No se trata de que el ratón viva más, sino de entender los mecanismos que consiguen alargar su vida.- Ya se está aplicando telomerasa en terapias antienvejecimiento?- Hay una compañía norteamericana que se dedica tanto a buscar cosas que reprimen a la telomerasa (para tratamiento antitumoral), como que la activan (para terapias antienvejecimiento).- ¿Podemos alterar los mecanismos de la naturaleza? ¿Tenemos derecho a ser inmortales? Su trabajo plantea los dilemas más profundos del ser humano. ¿Se plantea la trascendencia de lo que hacen?- Lo hacemos. Hablamos de ello a menudo en el laboratorio.- Da un poco de vergüenza ver que investigadores dedicados a temas tan cruciales ganen menos que los que se dedican a vender vidas ajenas en televisión.- En EE.UU., un investigador de mi nivel profesional gana cuatro o cinco veces más que yo. Esto impide atraer a España investigadores extranjeros competitivos. Sin embargo allí tienen a los mejores del mundo, así como la gran mayoría de las patentes que existen.- Recientemente salió publicado un artículo de su marido, Manuel Serrano, director del Grupo de Supresión Tumoral del CNIO, en la revista Nature, acerca de la proteína P53, la defensa anticancerosa más potente de las células. Con objetos de estudio tan cercanos, imagino que en casa siguen hablando de trabajo.- No lo crea; venimos ya muy cargados y hablamos de otras cosas. Curiosamente tocamos esos temas cuando recorremos la Sierra de Madrid. En los fines de semana, nos gusta subir a Peñalara, a la Pedriza y dar largas caminatas. En esos paseos hablamos más de temas científicos?En primera persona"De no ser investigadora, me hubiera gustado ser conservadora de arte", confiesa María Blasco, una mujer de mente abierta, a la vez lectora de la poetisa y novelista Silvia Plath y amante del rock alternativo de P.J. Harvey. No duda en reivindicar la ambición como derecho femenino. "En las mujeres, la ambición se ve como algo negativo. Milenios de historia humana han condicionado ese comportamiento, pero ahora la situación es distinta. Tener ambición significa no renunciar a lo máximo que tus capacidades pueden conseguir."En lo que respecta a tener hijos, María se sincera: "Cuando trabajaba en EE.UU., ni siquiera barajaba la idea. Quizá de un modo naíf, de joven piensas que vas a seguir siéndolo durante mucho tiempo. Luego te das cuenta de que el organismo avanza. Ahora sí me planteo ser madre."

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