El flujo vaginal es el encargado de eliminar las bacterias de la vagina.
El flujo vaginal es necesario para mantener limpia y libre de infecciones a la vagina. Generalmente, el flujo es transparente y elástico antes de la ovulación, y un poco blanco y espeso después.
Las mujeres somos diferentes y cada una puede tener un flujo distinto, pero cómo saber que el tuyo es normal.
Cuando es grumoso:
Es señal de infección vaginal y es inconfundible. Las infecciones vaginales pueden ser causadas por muchas razones, como no quitarte el traje de baño húmedo a tiempo o por tomar muchos antibióticos. Lo recomendable en este caso es acudir a un ginecólogo para que te revise y recete.
Cuando es cremoso:
Puede que se vea más opaco, un poco amarillento o blanco, después de la ovulación. Esto pasa porque el flujo se oxida. Sin embargo, si es demasiado amarillo, entonces ya es un problema.
Cuando es amarillo:
Probablemente sea una infección, pero si va acompañada de comezón o mal olor puede ser algo más grave, como una infección de transmisión sexual.
Cuando es transparente:
Es normal y necesario. Desde que terminas tu periodo hasta que ovulas, tu flujo vaginal se verá como clara de huevo.
Cuando tiene sangre:
Si estás tomando algún anticonceptivo hormonal, el sangrado oscuro es algo normal. Pero si esto te sucede regularmente puede ser que necesites cambiar de anticonceptivo, porque tal vez la carga hormonal no es la adecuada para ti.
¡No entres en pánico! Lo mejor es consultar al ginecólogo para que te guíe y haga que tu flujo vaginal sea normal.