Científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), desarrollaron y patentaron una nueva terapia para atacar el cáncer de mama, a partir de la inhibición de células tumorales con la introducción de genes suicidas en el organismo.
En conferencia de prensa, Daniel Martínez Fong y la estudiante Rosa Angélica Castillo, adscritos al Departamento de Fisiología Biofísica y Neurociencias, expusieron el proceso, antes de recibir el Premio a la Innovación en Bionanotecnología Cinvestav-Neolpharma.
En las instalaciones del Centro de Investigación, recordaron que el cáncer de mama causa 60 mil muertes al año en el país y un millón 600 mil en el mundo.
El abordaje está diseñado para ofrecer una opción en el cáncer de mama triple negativo, que representa alrededor de 40 por ciento del total de casos, y se ha probado tiene grandes probabilidades de éxito en otros tipos de cánceres, tales como de próstata.
El cáncer de mama que se ataca se conoce como triple negativo, y se caracteriza por la ausencia de tres receptores (estrógenos, progesterona y erb2), que lo hacen muy agresivo y con pocas opciones terapéuticas para quien lo padece.
Martínez Fong indicó que este trabajo se desarrolló en ratas y tendrá que obviarse el paso de los primates, porque no existen monos con este tipo de mal. Además, como se ha demostrado que solo puede beneficiar a un paciente y no tiene efectos secundarios, podrá usarse directamente en pacientes.
Explicó que la agencia de comercialización del conocimiento Cinvestav está en etapa de dar este salto, y abundó que el costo de este último paso puede alcanzar, cuando menos, 20 millones de dólares.
Esto es porque deben conseguirse los permisos de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, y de agencias internacionales que validan los desarrollos que se van a aplicar en humanos.
El experto se refirió al legendario Caballo de Troya para explicar cómo funciona la terapia. En primera instancia los científicos crean genes con la particularidad de contar con instrucciones celulares que le dan otros componentes biológicos (péptidos) para dirigirlos directamente a las células que se pretende afectar terapéuticamente.
Este desarrollo puede explicarse haciendo un símil con el Caballo de Troya. Este engañó a los troyanos. Era un caballo de madera, hueco, diseñado por Ulises de Itaca, y en él introdujo a los guerreros que después iban a formar las falanges espartanas. Ahí iba el terrible Aquiles, comentó el experto.
Este caballo tenía la particularidad de engañar a los troyanos y entrar de manera específica. Y es que las ciudades antiguas tenían murallas tras murallas. Las instrucciones eran que fuera introducido hasta el núcleo de la ciudad, donde estaba el palacio del rey, donde en la noche salieron los guerreros y destruyeron la ciudad, agregó.
Así exactamente funcionan estas nanopartículas. En el caso muy particular del cáncer también funcionan así, porque tienen las instrucciones de terminarlas de manera tajante, comentó.
Desde 1995, dada su importancia, el proyecto ha recibido apoyos financieros del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, el Programa Ecos North Francia y de los institutos nacionales de Investigación de Canadá, así como de instancias privadas.
Angélica Castillo precisó a su vez que el cáncer de mama que se ataca se llama triple negativo, y se caracteriza por la ausencia de tres receptores: estrógenos, progesterona y erb2, que lo hacen muy agresivo y hay pocas opciones terapéuticas para quien lo padece.